Las prisas, siempre las prisas. Hay prisas por mantener el despacho después de mayo. Aprieten, habrá ordenado alquien desde su flamante mesa de gestor, o lo que sea. Y sea, apretemos. La noche del 16 de abril, uno de nosotros tuvo que quitar del carril bici de Santa Engracia tres contenedores de basura tirados en medio del mismo.
Los trabajadores de recogida de basura de Madrid tienen que circular a velocidades altísimas y trabajar a conta-reloj para cumplir con unos ratios. Y el Ayuntamiento, que contrata ese servicio, debiera asegurarse que la plantilla sea suficiente para que Madrid, de noche, no sea una carrera de camiones.
Es más, dicho servicio que debiera de gestión municipal, y no de empresas que tienen como único objetivo ganar dinerito a costa de nuestros impuestos y de nuestra integridad.
Hay tres bicicletas blancas en tres lugares de Madrid. En realidad los muertos son 13. La primera se decidió instalar en 2018. Si las ves quiere decir que ahí, murió un ciclista. De esos muertos, dos fueron atropellados por camiones de recogida de basura del Ayuntamiento. Por eso, cuando “A” hace un contrato millonario con su coleguita “B”, y “B” le dice a sus trabajadores de Ferrovial que tienen que cumplir determinados ratios, tú podrías ser el siguiente ciclista atropellado.
¿Te estamos diciendo que dejes de montar en bici? No. Te estamos pidiendo que eches a “A” (de Almeida) del Ayuntamiento de Madrid para que los trabajadores no tengan que conducir a velocidad de competición por las noches. Obvio.