Las guarimbas llegan a Madrid: violentos boicotean acto con víctimas

Ayer 11 de mayo tuvieron lugar una serie de sucesos violentos alrededor de un acto que se celebraba en el Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela, en el que intervenían familiares de las 43 víctimas de las guarimbas impulsadas por sectores violentos de la oposición venezolana en 2014. Un grupo organizado de decenas de venezolanos residentes en España impidieron el acceso al acto a muchas de las personas que quisieron asistir, agredieron a otras y, tras la finalización del acto, mantuveron retenidas durante horas a unas doscientas personas, entre ellos a las propias víctimas, al embajador venezolano y varios cargos públicos españoles.

A las 18:40, cuando llegamos al lugar donde se celebrabaría el acto, número 58 de la Calle Hermosilla, teníamos la idea de escuchar de primera mano unos testimonios que son deliberada y repetidamente ocultados por los medios de comunicación españoles. Llegábamos con tiempo, pues no comenzaba hasta las 19:30. En esos momentos unas veinte personas se manifestaban a las puertas del Centro Cultural venezolano, impidiéndonos a muchos acceder al local, cuyas puertas custodiaban agentes de la Policía Municipal de Madrid, que tampoco hicieron nada por evitar que una manifestación no convocada cortase la calle. Algunas compañeras consiguieron entrar, pero al precio de recibir insultos y golpes por parte de la turba agresiva.
En ese primer momento había más curiosos, periodistas, policías y potenciales asistentes que manifestantes. Sin embargo, conforme avanzaron los minutos, efectivos de la Policía Nacional reemplazaron a la Policía Municipal, pero en ningún momento hicieron nada por despejar la calle y permitir el acceso a quienes estábamos en la puerta intentando entrar. Muy al contrario, decidieron cerrar la calle para permitir que siguiesen llegando manifestantes que mantuviesen amenazados a los asistentes.

Para cualquiera que haya asistido a una manifestación o concentración sin la debida comunicación, el doble rasero de la actuación policial resultará más que evidente, pues no sólo no se impidió el corte del tráfico sino que prácticamente se ayudó a que la concentración no comunicada fuese un éxito. Por si no fuese suficiente una vez acabado el acto, cuando los asistentes quisieron simplemente salir y volver a sus casas, se encontraron de facto secuestrados por unos doscientos manifestantes de actitud nada pacífica, y con unos agentes de la policía que en vez de garantizar sus derechos se abstuvieron de actuar, pues no habían recibido ningún tipo de orden de la Delegación de Gobierno de Madrid. Una combinación perfecta que permite que el boicot de la oposición venezolana sea un éxito, que la voz de sus víctimas sea silenciada y que Venezuela vuelva a ser una cortina de humo de la política española.

No olvidemos que ayer Concepción Dancausa, la Delegada del Gobierno en Madrid, fue imputada por el caso Mercamadrid, razón más que suficiente para que dimitiese o fuese destituida. Hoy Dancausa ha vuelto a demostrar que su labor al frente de las instituciones está en las antípodas de lo que se espera de una democracia, es absolutamente irresponsable y partidista.

Por otra parte, se ha vuelto a comprobar cómo actúan quienes realmente están dando un golpe de estado en Venezuela, intentando repetir las peores páginas de la historia latinoamericana. Silenciar a las víctimas, hostigar a quienes no piensan como ellos, todo ello con la protección y amparo de la derecha española e internacional.


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