Viaje al fondo de las urgencias

En octubre, la Comunidad de Madrid anunciaba que, a partir del día 29, el Centro de Salud La Ventilla cambiaba su horario y dejaba de prestar atención sábados y festivos de 9 a 21 horas. El único punto de atención de Urgencias del distrito se movía a Fuencarral, a casi 5 kilómetros.

Entrada del Centro de Salud La Ventilla, con el anuncio del cambio de horario y los carteles de la movilización del 15 de diciembre

El 4 de noviembre, un centenar de personas protestaba a las puertas del Centro de Salud Ventilla por un evidente agravio a Tetuán. 11 días después, 200 vecinas y vecinos volvían a concentrarse frente al Centro de Especialidades José Marvá para protestar por el deterioro de la sanidad pública en nuestro distrito: empezando por el cierre del centro de Salud Villaamil, cuyos usuarios llevan más de un año y medio trasladándose a otro distrito para acudir al médico, continuando por los tiempos de espera inasumibles para ver a un médico de familia o a un pediatra, y terminando por la desaparición de las urgencias no hospitalarias.

Tetuán ya va acumulando una lista de agravios por parte de la Comunidad de Madrid bastante doliente. Sufrió los absurdos e ineficaces cierres perimetrales por Zona Básica de Salud durante la pandemia; ha perdido dos colegios para niños entre 3 y 6 años y todas las urgencias: cualquier problema médico, aunque sea leve, nos lleva a las tetuaneras y tetuaneros casi sin remedio a La Paz, que ya sufren una saturación más que importante.

La movilización va a continuar, y nos atrevemos a decir que es urgente que así sea. Lo que ha sucedido el día 23 en Paracuellos (https://bit.ly/bebeparacuellos), nos da la razón, y debemos evitar que algo tan lamentable y doloroso vuelva a repetirse.


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