Si algo caracteriza la administración del alcalde Almeida es la cantidad de espléndidas mentiras que nos cuenta en su pomposa publicidad (ya hablaremos otro día del asunto de la contaminación). Y como una versión algo más refinada de esas mentiras, los grandes gestos con contenido nulo.
Por ejemplo, las calles peatonales. Tetuán es uno de los distritos en los que se ha peatonalizado la friolera de una calle. Pensareis… debe haber sido complejo. Pues no. Pintaron unos letreros azules en el suelo y listo.
Entonces, por mero optimismo, nos diréis: pues siendo una idea tan barata y fácil de aplicar, ¿Por qué solo una?. Nuestra respuesta será parecida a esto: 🤷
Hablemos, por poner un ejemplo de lo difícil que es hacer cosas fáciles en este barrio, de la calle Alejandro Rodriguez, una pequeña vía muy cerca de Francos Rodriguez (tiene una boca de metro de esa estación), con un colegio de primaria. Que no es peatonal. Ni de prioridad peatonal. No tiene siquiera esos bonitos e inservibles dibujos de “vía escolar” que ha pintado el alcalde en todas las calles con colegios. ¿Por qué?
🤷
Necesitamos políticas de movilidad que pongan a los peatones en el centro. Ya llegaremos a lo de dar alternativas al coche y que lo dejemos aparcado más horas. Poco a poco. Tetuan tiene condiciones para probar algo diferente a lo de siempre: un laberinto de calles estrechas, que se pueden cerrar fácilmente al trafico, dejando las esenciales para facilitar la movilidad a los conductores. Una estructura de pueblo que favorece los trayectos a pie, el estar en la calle, compartir tiempo con las vecinas.
Si las dos calles que hemos usado de ejemplo fueran peatonales, las familias que acuden al parque que hay en Francos Rodríguez podrían utilizar el de Moguer. Los niños que salen de Zuloaga, también. Algo tan simple facilitaría la vida a mucha gente.
Este distrito podría ser amable con las personas que lo pasean, pero no hay voluntad. Es hora de cambiar. Es de tontos que pensar que haciendo siempre lo mismo, podemos esperar resultados distintos.